Desde el siglo XI fue la principal fortaleza de su zona y sirvió de refugio para la población de las alquerías vecinas. En el siglo XV fue cabecera de Taha (distrito) hasta su conquista en 1487. Ocupan un paraje elevado espléndido. En la parte alta está la ciudadela con restos de murallas almenadas, cuatro torreones y dos aljibes abovedados. En la parte baja, rodeado de una muralla de tapial, está el albacar con un torreón octogonal macizo para dar protección a sus habitantes y ganados. Es citada en las memorias del siglo XI del rey zirí Abdallá de Granada:“vi que era un castillo muy grande en el que se habían reunido los habitantes de las cercanías. Les propuse que se sometieran”.