Sedella (Shadaliyya en árabe) conserva su urbanismo andalusí, su molino, su puente y un sistema de acequias que conducían el agua por gravedad, y que configuran hoy bellos senderos. Casi nada queda de su hisn o fortaleza que tan importante fue desde el siglo X hasta su conquista. El autor del XV al-Wansharisi recoge en su obra este curioso caso: “Fue preguntado Ibn Manthur sobre las gentes de la alquería de Shadaliyya: Cuando el vendedor de pescado llega al lugar, acude gente con recipientes de cebada y aceite, cogen del cenacho una cantidad de pescado y se apartan…”. En el centro se encuentra un edificio civil mudéjar con decoración de esgrafiados, único conservado en la comarca.