Gastronomía de Salares La gastronomía de Salares comparte muchas similitudes con la del resto de la comarca de la Axarquía. Se caracteriza por el sabor auténtico de los productos locales, destacando especialmente la uva Rome, fruto emblemático de sus viñas, y la incorporación más reciente de cultivos subtropicales como el aguacate y el mango. Como ya se ha mencionado, los salareños elaboran platos tradicionales de la zona, aportando sus propias versiones a recetas emblemáticas como los roscos de naranja, el chivo al ajillo o el potaje de hinojos. A continuación, se recogen algunos de los platos más representativos:
Ajoblanco: es una especie de gazpacho sin tomate, elaborado con almendras molidas, ajo, pan, aceite, vinagre y sal. Se sirve frío, acompañado habitualmente de uvas peladas o pasas.
Gachas: se sofríen anises y harina de trigo en una sartén con aceite de oliva. Posteriormente se le añade leche poco a poco removiéndola hasta conseguir el espesor deseado y se sirve con pan frito o “coscurrones” con miel de abeja o de caña.
Gazpacho: se prepara frío a base de ajo, miga de pan, aceite, agua, vinagre, tomate y sal, con o sin pimiento y pepino.
Migas: de pan; acompañadas de fruta (uvas, melón, sandía, naranjas), aceitunas, arencas, morcilla, chorizo, lomo de orza y/o pimientos fritos.
Chacinas: las chacinas o embutidos de la Comarca tradicionales son derivados del cerdo, siendo los más típicos el chorizo, el salchichón y la morcilla y produciéndose, además, otros productos como los jamones cocidos, chicharrones, zurrapas, salchichas, mortadelas, morcón, lomo en manteca, etc.
Roscos de naranja: especialmente típicos en el mes de enero y esenciales en las fiestas de San Antón. Los salareños emplean la fórmula del “número diez”: por cada kilo de harina, se utilizan diez naranjas, diez cucharadas de aceite y diez de azúcar, junto con canela, matalahúva, levadura y bicarbonato. Una vez formados, los roscos se fríen en aceite, se enfrían y se rebozan en azúcar.