La producción de azúcar en Torre del Mar comenzó en 1796 con José García Navarrete, pero fue en 1846 cuando Ramón de la Sagra construyó una nueva fábrica siguiendo el modelo industrial cubano con máquina de vapor. Tras un fracaso económico, la familia Larios asumió la gestión bajo el nombre “Fábrica Nuestra Señora del Carmen”, operando hasta 1991. Este complejo fue clave para el desarrollo socioeconómico local y se convirtió en un emblema del patrimonio industrial de la costa malagueña. En 1993 se rehabilitó el edificio central, que hoy se destina a fines culturales, conservando elementos históricos como una tacha, una réplica de una máquina de vapor y dos chimeneas originales.