Ubicada en el Paseo de Larios, esta casa es la única construcción regionalista de finales del siglo XIX y principios del XX que se conserva en la zona. De estilo regionalista y neomudéjar, destaca por su torre lateral inspirada en los torreones del siglo XVI. El edificio cuenta con dos plantas y un ático, además de un porche frontal sostenido por columnas toscanas con cimacios esculpidos y un friso de estuco con relieves vegetales. Su fachada presenta un balcón principal y ventanales con rejas de hierro forjado. El torreón se eleva tres pisos, rematado en su último nivel por un vano geminado. Los tejados se adornan con vigas o canes, siendo un claro ejemplo de vivienda de segunda residencia de un gran propietario durante la época del auge industrial.