El Castillo-Fortín es el origen del actual núcleo urbano de Torre del Mar. Inicialmente de pequeñas dimensiones, servía para vigilar la costa y proteger las embarcaciones en su puerto natural. Con el avance de la tierra, la fortificación quedó más alejada del mar. En 1730 fue reformado, adoptando su aspecto actual con un segundo frente compuesto por dos cortinas unidas a una batería central y dos torreones en los extremos, que ya formaban parte del antiguo recinto. Además de su función militar, el castillo sirvió como almacén para productos agrícolas de la comarca, como pasas, vinos y cítricos, destinados a la exportación. Este castillo es hoy un símbolo emblemático del origen histórico de Torre del Mar.