La ciudad de Zalía se encontraba en la mesa del mismo nombre (Mesa de Zalía), a las puertas del paso de Zafarraya. Algunos autores la identifican con la ciudad fenicia de Tágara, otros, sin embargo, la conectan con la mítica Odiscya.
Existe una leyenda cristiana la cual nos narra que el obispo de Málaga, San Patricio realizó un viaje a la villa para convertir a sus gentes, pero éste no logró sus propósitos. Dicen que como castigo, hizo que se abriera el suelo y que comenzaran a salir serpientes que mordían durante el día a los habitantes de Zalía. Los habitantes tuvieron que huir del lugar y el pueblo quedó desierto hasta el día de hoy.