Está justo a la entrada del pueblo, retiene elementos de la arquitectura tradicional con dos murales en homenaje a personalidades de estas tierras como Ibn-Baitar (médico y botánico) y Martín Vázquez Ciruela (Canónigo y teólogo). Además de los murales, posee dos figuras en lo más alto del propio arco, las cuales interpretan a la figura de dos vendimiadores, labor más común entre los vecinos y vecinas del municipio.